En primer lugar, debemos hablar del capital humano el cual podemos definir como el conocimiento o las habilidades de las personas que influyen en la productividad y en otros aspectos multidimensionales que tienen reflejo económico, que se complementan con la generación de inteligencia emocional, que tanto valor tiene en la vida laboral. El capital humano, surge en todo el ámbito de la educación: desde la etapa de primaria o secundaria, así como la universitaria, incluyéndose todo el panorama formativo que cada uno tiene en forma de inversión presente o futura. Es por tanto un capital, que tiene mucho que ver con el tipo y la calidad de educación que se recibe desde los comienzos de la edad escolar.
Desde
mi perspectiva, la educación es algo esencial de todos los seres
humanos y el mejor instrumento mediante el cual, podemos llegar a
cambiar los aspectos negativos de la sociedad. Pero, el capital humano,
tiende a politizarlo. Por ejemplo, el sistema educativo español se ha
visto sometido a numerosos cambios en lo que respecta a sus normativas,
produciendo una mayor tasa de fracaso escolar y la separación entre lo
que se aprende en los estudios superiores (por ejemplo la universidad) y
lo que las empresas al momento de trabajar, precisan.
Durante estas últimas décadas, España ha tenido unas cuantas leyes educativas: LODE, LOGSE, LOE, LOMCE. No es extraño que el nivel de educación en España sea tan bajo. Un sistema educativo politizado no lleva a la excelencia.
Durante estas últimas décadas, España ha tenido unas cuantas leyes educativas: LODE, LOGSE, LOE, LOMCE. No es extraño que el nivel de educación en España sea tan bajo. Un sistema educativo politizado no lleva a la excelencia.
En
la enseñanza universitaria ocurre lo mismo, pues el las últimas décadas
los numerosos cambios en las leyes, no han generado, en mi opinión,
buenos resultados. En este caso, creo que habría
que preguntarse sobre el capital humano de los profesores en un sistema de
corte funcionarial que se transmite también en las universidades privadas. Esto
da pie a preguntarse si el elevado número de jóvenes desempleados no tiene que
ver con el fracaso educativo en todos los niveles.
En
lo que respecta a esto último comentado, muchos jóvenes al terminar sus
estudios superiores o universitarios, han tenido que abandonar su país
para marchar a otro, y así obtener la oportunidad de trabajar en aquello
para lo que realmente han sido formados.
En
la actualidad, en nuestro país, es muy complicado conseguir trabajo a
todos los niveles, pero siempre comentamos que es más sencillo
conseguirlo para aquellos que tienen estudios universitarios que para
aquellos que no los tienen.
Por
tanto, considero que los estudios son muy importantes, ya que aunque no
llegues a trabajar en aquello que has estudiado, te facilita, en cierto
modo, el acceso a otros trabajos, ya que en todos ellos te piden o
exigen cierto nivel de estudios.
En conclusión, los estudios no solo sirven
para tener un mayor bagaje y conseguir en un futuro un mejor trabajo en el
mercado laboral, sino que los estudios son el elemento esencial para que una
sociedad esté preparada, posea valores y tenga sus propios criterios y juicios
ante cualquier obstáculo que se interponga en el camino.
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