jueves, 29 de marzo de 2018

Desaparición de la escuela como referente del saber.

En muchas ocasiones todos hemos oído hablar que en la escuela ya no aprendemos prácticamente nada útil para nuestra vida, que solo nos limitamos a memorizar, para soltar en un examen aquello que al profesor le parece más importante, para una vez entregado el examen olvidar todo aquello, para lo que llevamos tanto tiempo estudiando.

¿Cuánto de verdad hay en esto? ¿Cuántas veces nos hemos sentido frustrados porque lo que estudiamos no nos está aportando nada? ¿Cuántas veces hemos sufrido por el sistema educativo?
En mi vida, todo esto a ocurrido en multitud de ocasiones. Y esto no ocurre únicamente en la escuela, sino que, en mi experiencia, ha ocurrido en todos los niveles en los que yo he estudiado.

Hoy en día, en muchas ocasiones, los gritos del profesor inundan la clase, los alumnos no atienden,
no están motivados, no les interesa aquello para lo que están siendo formados.
En mi opinión, es una pena que esto ocurra. Una pena porque nuestro sistema educativo va cada vez peor, y porque la educación es una de las pocas herramientas de las que disponemos para cambiar muchas cosas.

¿Cómo solucionaríamos esto? Mi respuesta sería que, hay que crear profesores motivados por la enseñanza, con ganas de enseñar y de aprender de sus alumnos, exponer un contenido interesante y relevante, y tener un trato cercano con los alumnos, sin superioridades de uno a otro, sin gritos ni exigencias.

Hoy en día, es común decir que estudiamos nuestras carreras únicamente para obtener un título, para que nos certifiquen que sabemos aquello que en realidad no sabemos ni hemos aprendido. Llegaremos a nuestros futuros trabajos perdidos, porque no hemos aprendido nada, porque no sabemos como lidiar con aquello para lo que hemos estado años preparándonos.

Cabe destacar, que no siempre es así. En mi experiencia, me he cruzado con varios profesores que les encanta lo que están impartiendo, que te motivan a aprender, que te ayudan y buscan recursos si no entiendes algo de lo que te están enseñando. Son profesores excelentes que hacen todo lo que esté en su mano para que el alumno entienda, apruebe y nunca olvide.
Pero, es una pena decir que, al menos en mi propia experiencia esto ha ocurrido en un número muy limitado de ocasiones.

Hoy, no podemos cambiar el pasado, ni cambiar a los profesores que nos encontramos en el camino. Pero si que podemos ser los mejores referentes para nuestros futuros alumnos, si que podemos cambiar aquello que tanto nos hizo sufrir en nuestra etapa escolar.


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