Es común escuchar hablar de que los niños y los adolescentes hacen un mal uso de las tecnologías, en concreto del ordenador y del móvil que es lo que más usan.
Pero en mi opinión, los adultos también utilizan mal estos recursos. Por ejemplo, es común ver a padres en la puerta del colegio con sus teléfonos mirando las redes sociales, conduciendo y contestando mensajes, sentados en una cafetería con otra persona pero haciendo caso omiso a la misma para centrar toda su atención en su teléfono. Por lo tanto, ¿es toda la culpa de los jóvenes? ¿o es el ejemplo que les estamos dando?
En mi opinión conviven ambas opciones. Es cierto que si un hijo crece observando a sus padres dándole una exagerada importancia a su móvil u ordenador, este tenderá a hacer lo mismo. Es decir, este niño cuando tenga un teléfono móvil, por ejemplo, fijará su atención constantemente en las redes sociales, ignorando parcialmente el mundo "exterior".
Aunque también cabe destacar que no todos los padres son así y que en muchas ocasiones son los niños o los adolescentes los que desarrollan esta "adicción" a las redes.
Por lo tanto, en general, estamos haciendo un mal uso de las tecnologías. No solemos utilizarlas para aprender, sino más bien como distracción, para evadirnos de nuestro alrededor.
En las escuelas se prohibe el uso de los teléfonos móviles en vez de utilizarlos como método de enseñanza.
Los padres ponen a sus hijos a jugar delante de una pantalla para que no molesten, en vez de darlos la atención que necesitan o aportarles de algún recurso en su ordenador que le vaya a trasmitir algún conocimiento.
En mi opinión, aún queda mucho por avanzar para lograr un buen uso de las tecnologías en la sociedad, y creo que, en general, aún no estamos yendo por el buen camino.
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